¿A tiempo o a destiempo?

Foto por Erick Torres

La impuntualidad es un gran problema, pero puede ser corregida

Por Johanna Ochoa 

¿Acostumbras llegar a tus citas y terminar tus tareas en tiempo y forma?

Los mexicanos tenemos fama de ser impuntuales y de dejar todo para el último minuto. 

Por ejemplo, si una fiesta inicia a las 7 p. m., la mayoría decide llegar después, ya que saben bien que a la hora determinada no habrá nadie. A veces, se tiene que citar una hora antes para, de esa manera, poder iniciar a tiempo. 

Es lamentable que como sociedad hemos normalizado esta actitud. Sin embargo, no es correcto jugar con nuestro tiempo y el de los demás. 

La impuntualidad también se puede ver reflejada en nuestras tareas cotidianas. Quizás caemos en el error de dejar todo para última hora. Solemos decir: «después lo hago», «ahorita le hablo», «después lo termino». 

Recordemos que ser impuntuales siempre conlleva algún tipo de perjuicio personal, ya sea en la escuela, trabajo, familia, con los amigos o incluso en la salud. 

La impuntualidad es un gran problema, pero puede ser corregida.

El primer paso es encontrar las causas que originan que lleguemos a destiempo a todos lados o impidan que llevemos a cabo nuestras tareas en el momento oportuno.

Tales causas pueden ser: falta de organización, desinterés, pereza, procrastinación y olvido, entre otras. Una vez identificado el origen, será más sencillo corregir la impuntualidad incorporando mejores estrategias para corregir esa falta. 

Posteriormente, podemos recurrir a alarmas, horarios, recordatorios, administrar nuestra energía, salir con mayor anticipación y prepararnos para demoras inesperadas, eliminar distracciones y demás.

Ser puntual requiere esfuerzo y constancia. No será sencillo al principio. Romper con un mal hábito no es fácil, pero vale la pena. Ser puntuales nos ayudará en muchas áreas de nuestra vida. 

Busquemos honrar a Dios y a los demás en esto. Ejercitemos todos los días esta disciplina siendo responsables con nuestro tiempo y el de los demás.


Tal vez también te interese leer:

Wally y la contemplación    (Aprende a aplicarla a tu vida)

Lo aprendí de Winnie Pooh   (Consejos probados)

El fruto anhelado   (¿Cómo lo logramos?)

Un león, una bruja   (Un relato fascinante)

Formando buenos hábitos    (Celebra los pequeños logros diarios)

¿Qué pasaría si...?    (Medita entre lo bueno y lo malo) 

8 tips para verte mejor   (Sigue los consejos)

Feminista, ¿yo?   (Cada mujer debe tomar una decisión al respecto)

Tú también puedes ser feliz   (La elección está delante de ti)

El poder del «yo también»   (Descubre el consejo para ser empática)

Un llamado a hacer lo que no puedes   (Dios se glorifica usando nuestras debilidades)

Una sugerencia contra la ansiedad    (Pon en práctica este consejo)

La pregunta esencial    (Descubre la fórmula para enfocarte y concluir tus tareas)

El ajolote y ¿tú?  (Descubre las semejanzas que tienes con este animalito)

¿Buscando más vitamina C?     (Consejos prácticos)

Los tres cerditos y la fe   (¿Qué cerdito somos? ¿En qué hemos construido nuestra vida?)

¿Eres venenosa?   (El autoanálisis siempre es bueno)

¿Cómo caminas con alguien?   (Analiza el texto y decide)

Y luego... ¿qué quieres que yo haga?  (Servir en la comunidad)

¿Vale la pena levantarme?   (Encuentra el sentido a pararte por la mañana)

La verdad sobre la belleza   (Descubre esta verdad)

Señor, quiero ser bilingüe  (Valora las opciones si tienes esta meta)

Una cristiana en equilibrio   (Considera estos 6 consejos)

Los refranes de mi abuelita    (Aprende de la familia)

Anterior
Anterior

Las consecuencias devastadoras del rechazo

Siguiente
Siguiente

Un corazón de carne