Una cristiana en equilibrio

Foto por Itzel Gaspar

¿Qué cambios puedes hacer en tu vida para ser una cristiana equilibrada?

Por Erika de Sawatzky

A Dios solo le importa que leas tu Biblia y ores. Ah, y que asistas a la iglesia y sirvas con alegría. Eso es ser buena cristiana, ¿verdad? 

De hecho, no. 

Mientras es cierto que Dios desea que seamos mujeres con una vida espiritual profunda, no nos creó como seres con un solo aspecto. Somos seres espirituales, físicos, emocionales, intelectuales, artísticos... ¿Ya te das una idea? 

Si solo nos enfocamos en un aspecto de la vida para glorificar a Dios, seremos cristianas muy desequilibradas.

1. La vida espiritual

Obviamente, es fundamental tener un tiempo con Dios a diario. Un tiempo en el que ores, sí, y también un tiempo de silencio ante Dios. Estar en silencio ante Dios puede ser incómodo, de hecho, probablemente será incómodo, pero cambiará tu perspectiva de tu vida, de Dios y de ti misma.

El Señor usa esos momentos de silencio para hablar contigo. Y también habla a través de la Biblia, por lo que es importante leer un poco y aún más importante, memorizar un poco a diario para tener esa frase o versículo en la mente todo el día. Tu relación con Dios te dará el enfoque para poner en orden los demás aspectos de tu vida.

2. La vida en comunidad

Parte 1

La iglesia es, o debe ser, tu segunda familia. Un lugar en donde sabes que te conocen y te aman. Un lugar en donde conoces y amas a otros. Un lugar en donde te puedes nutrir de Su Palabra y usar los dones que Dios te ha dado para edificar a otros. Claro que es importante que asistas. Pero es aún más importante que ames. Que tus acciones, tus palabras, tus miradas sean de amor para con tus hermanos en Cristo. No sirve de mucho que cantes, lleves galletas, limpies los baños y además seas maestra de una clase de niños si no muestras amor hacia los demás.

Parte 2

Fuera de la iglesia, tienes a conocidos y amigos con los que pasas tiempo. Muchas veces, estos no son creyentes y por lo tanto hay ciertas cosas de ti que no comprenderán. Esto es normal y si una cristiana no siente esta distancia, es una señal de que algo anda mal en su vida espiritual. Aunque puedas estar en desacuerdo con ellos sobre prácticamente todo, como cristiana, es tu convicción que son creados a imagen y semejanza de Dios mismo, por lo cual tu trato con ellos siempre será cortés y respetuoso.

A la vez, no siempre podrás involucrarte en sus chismes y chistes porque son comentarios que son irrespetuosos a alguien más. Así, tu vida social también es importante llevarla de una manera que dé gloria a Dios.

3. La vida emocional

Nuestras emociones son muy cambiantes. De un día para otro podemos sentirnos felices o deprimidas. Una mirada de un chico lindo puede transformar nuestro día. Un regaño de mamá puede arruinar nuestro humor antes de salir con los amigos.

Sin embargo, Dios nos dio estas emociones y las puede usar. No debemos regirnos por lo que sentimos, eso nos hace inestables. Tampoco debemos hacer caso omiso de lo que estamos sintiendo, porque nos volvemos ignorantes de nuestra vida interior.

La mejor manera de atender nuestras emociones es con curiosidad. No te auto regañes ni te auto compadezcas. Simplemente, sin juzgar, pregúntate por qué sentiste eso cuando sucedió aquello. Quizás descubras una vulnerabilidad profunda o encuentres comprensión que puedes mostrarte a ti misma y a otros. Poner atención a tus emociones te enseñará mucho.

4. La vida física

El cuerpo no es malo. Dios creó algo maravilloso cuando creó el cuerpo humano con su fuerza, su resistencia, sus deseos, sus necesidades, etc. Dios te dio tu cuerpo, lo diseñó específicamente para ti. Espera de ti que lo cuides, que lo uses como una herramienta para glorificarlo.

Claro, esto implica moverte de alguna forma, aunque sea caminar a diario. También implica comer de manera saludable. Implica ejercer control sobre los deseos que tiene, desde un antojo por algo dulce hasta un intenso deseo sexual.

Es importante administrar el cuerpo, es decir, dirigir cada deseo a su esfera apropiada. También es importante apreciarlo por lo que te brinda, como el poder disfrutar de una bola fría de helado, sentir la fuerza de tus piernas al correr, y aun reconocer el dolor como una señal de que algo está mal y requiere de tu atención. Dios te dio este cuerpo, y cuando tú lo recibes y lo cuidas como el don que es, le das gloria a Dios.

5. La vida creativa. 

Dios es Creador y ese lado creativo que es tan fácil despreciar te fue dado por el Señor. No importa si lo tuyo es el dibujo o la programación de computadoras, cuando usas la creatividad reflejas a Dios y le das gloria. Por eso, no debemos considerar que esas clases de guitarra o de origami malgastan tiempo y dinero. Son maneras de desarrollar el talento que Dios nos ha dado y del cual rendiremos cuentas. Él ha puesto belleza en el mundo y nos dio la capacidad de crearla también. Así que, ¡a usar la creatividad!

6. La vida intelectual

Dios no solo te dio una mente, quiere que la uses. La escuela sirve para aprender y es importante intentar sacarle todo lo que puedas a las materias, para aprender más sobre el mundo que Dios creó y cómo funciona. Pero, ¿de qué otra forma puedes usar tu mente? Al igual que tu cuerpo, lo saludable es ejercitar tu mente. Por un lado, puedes completar actividades que son un reto mental, ya sea por medio de lecturas difíciles o ecuaciones a resolver, etc.

Por otro lado, no dejar que un pensamiento cualquiera aterrice y se quiera estacionar en tu mente, sino echar fuera los pensamientos que no son de provecho, y reemplazarlos con lo que es Verdadero.

Quizás para los cristianos, el uso más importante de la mente es la fe. Muchos nos acusan de fe ciega en Dios, mientras que si ponemos a trabajar nuestras mentes, veremos que la fe verdadera en Dios no es ciega, se basa en pruebas, en lógica con el más alto rigor intelectual y aunque puede ser un reto, es importante familiarizarnos con los fundamentos de por qué creemos en Cristo. La mente es otra herramienta que Dios espera que desarrolles para que Él la pueda usar.

La vida tiene muchos aspectos. Dios nos creó con mil facetas y desea que reflejemos su imagen en cada una. El desarrollo equilibrado nos hará más maduras, mientras un enfoque restringido a solo uno o dos aspectos únicamente nos dejará atrofiadas, sin crecer en la vida cristiana. 

¿Qué cambios puedes hacer para ser una cristiana equilibrada y reflejar a Cristo en todas las áreas de tu vida?

***

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