6 características de una amistad superficial vs una amistad centrada en Cristo

¿De qué tipo eres?

Por Johanna Ochoa

Vivimos en una era donde cada vez es más complicado mantener vínculos fuertes y saludables con otros. Tenemos relaciones desechables y no permanentes. Esto también se ve reflejado en nuestras amistades. 

Reflexionemos en estos 6 tipos de amistades:

1. Protagonistas vs Empáticos

Este tipo de «amigo» hace que todo gire en torno a sí mismo. Esta persona quiere ser escuchada, pero no sabe escuchar. Es común que nos busque solo si necesita algo. 

Una amistad como la de Jesús se interesa en lo que vivimos. Esta clase de amigo sabe escuchar. Quizás no nos habla a diario, pero cuando lo hace, nos demuestra que somos importantes para él.

2. Desleales vs Congruentes

Los ‘amigos’ desleales dicen cosas a nuestras espaldas, y si alguien habla mal o se burla de nosotros, participa y disfruta de dicha conversación. 

Una amistad fundamentada en Jesús, no se mofa ni es partícipe de bromas o comentarios hirientes hacia nuestra persona. Si nos equivocamos, nos dice las cosas de frente con amor, nos exhorta y confronta cuando es necesario.

3. Cínico vs Prudente

Existen ‘amigos’ que nos incitan a ir en contra de lo que creemos, nos ponen en situaciones incómodas o extremas y no cuidan de nosotros. Tampoco respetan límites, es más, buscan que nos excedamos y disfrutan vernos caer. 

Una amistad centrada en Cristo, nos acerca más a Dios y a su Palabra. Nos ayuda a respetar nuestros propios límites. Un amigo que ama como Jesús no nos pone en situaciones de peligro. Por el contrario, cuida de nosotros como un hermano y cuando caemos, nos anima y ayuda a levantarnos.

4. Celosos vs Compartidos 

Son ‘amigos’ que nos demuestran su molestia cuando se enteran de que pasamos tiempo con otras personas. Pueden llegar a reclamarnos, hacer comentarios irónicos o sarcásticos.

Las amistades centradas en Cristo no son posesivas ni interfieren en nuestras relaciones sanas, sino que son conscientes de la importancia de expandir nuestro círculo social con más personas que compartan la misma pasión y amor por Cristo. 

5. Envidiosos vs Solidarios 

Una amistad banal se molesta si algo bueno pasa en nuestra vida. Incluso, notamos su envidia. No disfruta nuestros logros, pues elige la competencia antes que el compañerismo o la hermandad.

Un amigo que tiene la mirada puesta en Cristo celebra nuestras victorias, nos impulsa y motiva para que sigamos avanzando. Así mismo, procura y nutre nuestro crecimiento tanto como el suyo propio. En consecuencia, vernos brillar le causa alegría genuina. 

6. Orgullosos vs Humildes

Cuando este tipo de ‘amigo’ nos lastima con algún comentario o actitud, no es capaz de pedir perdón. Y si llega a hacerlo, no asume su responsabilidad y solo intenta justificarse. 

Una amistad centrada en Cristo no se queda tranquila con la falta cometida. Su error le causa tristeza y dolor. Sabe pedir perdón primeramente a Dios y después a nosotros por habernos lastimado.

Ahora, ¿qué clase de amigos tenemos? Y más importante aún: ¿qué clase de amigo somos?

Es necesario ser sabios con nuestras amistades y debemos buscar convertirnos cada día en un amigo como Jesucristo lo es para nosotros.

J.C. Ryle dijo: «Nunca tengas una amistad íntima con alguien que no tenga una amistad con Dios». Aunque podemos encontrar muy buenos amigos que no compartan nuestra fe, una de las amistades más valiosas que podemos cultivar es la que se da con otros creyentes. Tener a una persona que de continuo nos apunte a Cristo es un precioso regalo que debemos cuidar y valorar. 

Seamos amigos sinceros, leales, y amorosos, que muestren a Cristo en cada palabra y actitud. Trabajemos en ser esa clase de amigos que llevan a otros a Dios, que motivan a seguir, que oran por los demás, que reflejan la Palabra y sirven juntos. 


Tal vez también te interese leer:

Una amiga verdadera     (Descubre a las amigas que valen la pena)

Amor que hace bien    (El amor con otros es muy valioso)

Mi amiga tiene un desorden alimenticio     (¿Cómo ayudar a una amiga con este problema?)

Una amistad peligrosa   (Lee, toma nota y precauciones)

Cuando mis amigos me dejaron de hablar    (¿Cómo resolver problemas con tus amigos?)

Mis amigos en la secundaria    (¿Cómo ayudar a tus amigos?)

Lo más importante de la amistad     (Cómo mostrar el amor)

Cuando te desilusiona un amigo    (¿Qué hacer para superar ese dolor?)

El día que falté a clases y gané una amiga    (Dios nos brinda oportunidades para ser responsables)

¡Estás eliminada!   (¿Te duele ser eliminada del Facebook de un amigo? Elige qué hacer)

Espacio sagrado    (Relaciones saludables)

365 tazas  (Dedica tiempo a la gente que te importa)

Un pedacito de cielo  (Descubre otras las cualidades de la amistad)

Necesito una amiga mayor    (No dudes en buscar y hallaréis)

Lo aprendí de Winnie Pooh   (Consejos probados)

El gato y el ratón   (Sé honesta en tus relaciones)

Necesito una amiga menor    (¿Cómo lograr esta meta?)

Corazones rotos   (¿Puede tener algo de positivo?)

Anterior
Anterior

Confesiones de una hija de pastor, Capítulo 3

Siguiente
Siguiente

Confesiones de una hija de pastor, Capítulo 2