Sin sudor

Por Diana Gómez

El movimiento placentero que transformó mi salud

Erika de Sawatzky

¿Te ha tocado ver a alguien que juega voleibol tan mal, pero tan mal, que todos se enojan, los de su equipo y los del otro también? 

Yo soy esa chica. 

Soy pésima para los deportes. 

¡Ah! Y no me gusta sudar. Ni acalorarme. 

Entonces, ¿qué esperanzas me quedan para llevar una vida saludable? 

Por un lado, hay los que dicen que no hay problema. Solo es buscar una actividad física que te guste. ¡Algo te tiene que gustar! Encuéntralo y practícalo y punto. 

Otros dicen que no importa si te gusta o no. El ejercicio se trata de actividad, acelerar tu corazón, hacer algo difícil… ¡nada que ver con disfrutarlo! Entonces, debo simplemente levantarme todos los días de la cama y hacer lo que más odio: correr. Es cuestión de disciplina y punto. 

El problema con ambos puntos de vista es que no lo hago. En el caso de una actividad que me gusta, no siempre tengo el tiempo o el dinero para practicar los deportes que disfruto. Y, en segundo lugar, ¡pocos tienen la disciplina para salir a diario y hacer un ejercicio que odian durante más de dos semanas!

El libro Sin Sudor de Michelle Segar transformó mi punto de vista.

La autora sugiere que, en lugar de obsesionarme por completar cierta cantidad de minutos de movimiento por semana, simplemente aproveche cada oportunidad. Su lema es: «Todo cuenta». 

Esos dos minutos de caminar cuando salgo del salón para llenar mi botella de agua. El salir a dar la vuelta a la manzana cuando me siento estresada. El bajar el celular y estirar mi cuerpo completo antes de abrir Instagram. 

Todo cuenta. 

Para las personas que aman el deporte o que disfrutan los retos de esforzar su cuerpo, este consejo podría causar desdén. Pero, para alguien como yo, que siempre ha batallado para motivarse a mover su cuerpo, son palabras hermosas. 

Todo cuenta. 

Y la magia de este lema es que cuando aprovechas cada momento para mover tu cuerpo un poquito, al final del día, ¡te darás cuenta de que te moviste bastante! 

Según Michelle Segar, todas las pruebas e investigaciones señalan que el movimiento es bueno, cualquier movimiento. Y si lo que te detiene es que no tienes tiempo o no tienes dinero o aún motivación, recuerda que no lo necesitas. 

Si todo cuenta, el movimiento que te hace sentir bien ¡cuenta! Solo piensa en lo rico que se va a sentir pararte y estirar tu cuerpo. Luego, hazlo. 

Y al día siguiente te vas a acordar de lo refrescante que fue estirarte. Y quizás tendrás ganas de pararte, estirarte y caminar al patio y de regreso. ¡Y qué rico se va a sentir!

Y al día siguiente, quizás hasta te den ganas de darle la vuelta a la manzana. No para correr. Solo para disfrutar la sombra de los árboles. O de bailar con tu sobrinito al punto de caerse de risa. O subir hasta la azotea para sentir la brisa del cielo.

Y todo cuenta. 

Y cuando todo cuenta, los minutos se van sumando rapidísimo.


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