Oye y obedece
Estudios en Deuteronomio
Por Julia Harris
En Deuteronomio 6:4 encontramos la oración que los judíos repiten en la mañana y en la tarde de cada día. Llaman a este versículo «EsShema» que es la palabra hebrea para «oír». Y oír, en este contexto, implica ser obediente.
Analicemos cada parte:
Oye Israel.
Aunque esta es una breve oración es de gran importancia. Por lo tanto, los israelitas debían prestar atención a lo siguiente.
Jehová nuestro Dios.
Su Dios era Jehová. El nombre de Jehová se relaciona con el verbo «ser». Con este nombre Dios se presentó a Moisés cuando iba a sacar a su pueblo de Egipto. Su nombre denota que es aquel que existe por sí mismo, aquel que es una presencia viva y activa, y que puede salvar al hombre. Es eterno e inmutable.
Jehová uno es.
Nuestro Dios es único, el único Dios verdadero. Es uno en naturaleza y esencia. Israel no tenía porqué ir tras otros dioses. Conocer esta verdad debió guardarlo de la idolatría. Tristemente, no fue así.
¿Entonces qué nos enseña esta breve oración? Muchas veces lo interpretamos como una declaración de monoteísmo. Pero más que un mandato para creer algo en particular de Dios, nos invita a nuestra total lealtad a Dios. En otras palabras, nos está diciendo:
«Oye y obedece a Dios. El Señor, solo Él, es nuestro Dios».
¿Puedes hacer esta oración tuya? ¿Qué te comunica esta idea? ¿Qué te mueve a pensar o hacer?
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