Dos cosas qué cuidar
Estudios en Deuteronomio
Por Julia Harris
¿Has leído el libro de Deuteronomio? Moisés, a los 120 años de edad, pronunció las palabras que encontramos en este libro.
Su auditorio lo formaban los hijos de aquellos que murmuraron contra él en el desierto y murieron. A ellos les recuerda lo que había sucedido desde su liberación de Egipto y los prepara para entrar a la tierra prometida. También los invita a «guardar» o «cuidar»
La palabra «guardar» en Deuteronomio viene de una palabra hebrea que describe la acción de un pastor que está en el desierto con su rebaño y que al caer la noche recoge espinos para formar un corral y así proteger a sus ovejas de los depredadores. En otras versiones se traduce como tener cuidado y obedecer.
En el capítulo 4 de Deuteronomio se nos invita a «cuidar» dos cosas.
1. «No agregues ni quites nada a estos mandatos que te doy. Simplemente obedece los mandatos del Señor tu Dios que te doy» (versículo 2, NTV).
El mandamiento más importante es amar a Dios. ¿Lo obedeces?
2. «¡Pero cuidado! Asegúrate de nunca olvidar lo que viste con tus propios ojos. ¡No dejes que esas experiencias se te borren de la mente mientras vivas!» (versículo 8, NTV).
¿Qué ha hecho Dios por ti? No olvides, por ejemplo, las experiencias que Dios te ha dado y cómo has visto con tus propios ojos su poder, su bondad y su amor. ¿Cómo te ha cuidado en esta pandemia?
Hoy te invito a formar un pequeño redil, no de espinos y ramas o piedras, sino de palabras. Escribe en un diario o cuaderno algunas de las promesas de Dios y una o dos experiencias propias que te han mostrado su amor. Guarda en tu corazón su Palabra y su cuidado por ti. Estos son tesoros que no tienen precio.
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