¿A quién vas a oír?
Foto por Cynthia Ramírez
Estudios en Deuteronomio
Por Julia Harris
Deuteronomio 18:15 dice:
«El Señor su Dios les levantará un profeta como yo de entre sus hermanos israelitas. A él tendrán que escucharlo».
Analicemos el versículo:
a. Un profeta como yo.
Las naciones de alrededor tenían ciertas prácticas para conocer el futuro (18:9-14). En contraste, Jehová iba a levantar un profeta muy especial. ¿Quién? «Cuando Dios levantó a su siervo, Jesús, lo envió primero a ustedes, pueblo de Israel, para bendecirlos al hacer que cada uno se aparte de sus caminos pecaminosos» (Hechos 3:26)
b. De tus hermanos.
El profeta tenía que ser judío. «Ustedes son los hijos de esos profetas y están incluidos en el pacto que Dios les prometió a sus antepasados. Pues Dios le dijo a Abraham: “Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de tus descendientes”» (Hechos 3:25)
c. Como yo.
¿En qué sentido son parecidos Moisés y el Señor Jesucristo?
«Así que, amados hermanos, ustedes que pertenecen a Dios y tienen parte con los que han sido llamados al cielo, consideren detenidamente a este Jesús a quien declaramos mensajero de Dios y Sumo Sacerdote. Pues él fue fiel a Dios, quien lo nombró, así como Moisés fue fiel cuando se le encomendó toda la casa de Dios». (Hebreos 3:1-2)
d. A Él tendrán que escucharlo.
Estas mismas palabras las pronunció Dios Padre en el monte de la transfiguración: «Este es mi Hijo, mi Elegido. Escúchenlo a él» (Lucas 9:35).
Tristemente, muchos no lo han querido oír.
Deuteronomio también nos habla de dos tipos de profetas:
El profeta verdadero:
Habla en nombre de Dios
Habla palabras de Dios
Se cumple lo que dice
Edifica a sus oyentes
El profeta falso:
Habla en nombre de dioses falsos
Habla palabras propias o de hombres
No se cumple
Habla con presunción no debemos hacerle caso y debe morir
¡Tengamos cuidado! El día de hoy hay muchos falsos profetas. ¿A quién decides oír?
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