El hombre clave de la historia
La única palabra que usa la Biblia para describir a José es «justo»
Por Elisabeth F. de Isáis (1925-2012)
Es probable que la mayoría de nosotros no dedicamos mucho tiempo a pensar en él, pero en la historia bíblica de Jesucristo, José fue parte esencial del Plan Maestro desde el principio.
Por un lado, los matrimonios en aquellos tiempos se arreglaban por las familias, a veces desde la infancia de los cónyuges. Y era de tremenda importancia que María tuviera un esposo idóneo para asumir la responsabilidad de criar a Jesús. Cuando Dios escogió a María, también consideró el papel que José jugaría como padre terrenal en la vida de este Niño especial.
Por otro lado, Dios en una sola ocasión envió a Gabriel a hablar con María acerca de ser la madre del Salvador. Una vez que ella expresó su dulce disposición de ser la sierva del Señor, hasta donde se sabe nunca recibió otro mensaje del ángel. Pero José recibió mensajes de parte de un ángel en cuatro ocasiones, según el Evangelio de Mateo, puesto que una vez casado con María, él sería la persona responsable de ella y también de los hijos, humanamente hablando.
La primera vez que el ángel le habló a José, María todavía no era su esposa. Él estaba pensando efectuar algún tipo de divorcio privado porque ella estaba embarazada y él sabía bien que no era el padre de la criatura. ¡Qué experiencia más devastadora pasó aquella noche!
Pero cuando el ángel le explicó lo que había sucedido, José obedeció de inmediato; recibió a María como esposa y poco después la pareja inició su penoso viaje a Belén en obediencia a las órdenes de Roma. Por supuesto, en realidad todo era parte del plan del Señor.
La única palabra que usa la Biblia para describir a José es «justo». Nos gustaría saber si también era guapo, bondadoso, trabajador, etcétera, pero el hecho de ser justo era el detalle principal. Sabemos también que era carpintero, lo que implicaba fuerza física y creatividad.
La noche cuando nació Jesús debió haber sido muy traumática para el joven esposo. No dudaba que el bebé nacería sano; ¡era el Hijo de Dios mismo! Y es probable que confiaba en que María iba a sobrevivir a pesar de las condiciones primitivas del parto. Pero desde el punto de vista humano, estaban muy solos, hasta que aparecieron todos aquellos andrajosos pastores para relatarles su experiencia milagrosa con las luces, los ángeles y el mensaje. Entonces sí, se emocionaron.
La próxima vez que el ángel contactó a José fue cuando Herodes estaba a punto de enviar a sus soldados a Belén para matar a todos los niños menores de dos años, con la intención de asegurarse de eliminar al futuro Rey que los sabios del Oriente habían estado buscando. Pero como siempre, Dios se adelantó al peligro y un ángel le advirtió a José que se levantara en ese instante y llevara a su pequeña familia a Egipto.
Quizá esta vez José pudo adquirir caballos en lugar de un burro para el viaje, puesto que tenía todo el oro regalado por los visitantes orientales, pero es muy dudoso que pudiera haber pasado a un supermercado para llevarse agua purificada y otras provisiones a la mitad de la noche.
Se ve aquí que José no solo era justo, sino fuerte y obediente al Señor y sin discutir, a pesar de las dificultades.
Llegaron a Egipto, y José volvió a la carpintería, un oficio perfecto para poner en práctica dondequiera que vivieran. Después de un tiempo el ángel le habló para informarle que Herodes había muerto y podían volver a su patria. ¡Tercera vez que José había recibido un mensaje divino!
Como siempre, él obedeció, pero al llegar a Israel se asustó porque el malvado hijo de Herodes ahora ocupaba el trono. ¿A dónde debían ir para evitar el peligro? Entonces por cuarta y última vez hasta donde es sabido, un ángel le habló para recomendarle establecerse de nuevo en Galilea, en Nazaret, y allí se fueron, desde donde habían salido años antes.
Son las únicas cosas que sabemos acerca de José, excepto su linaje relatado por Mateo donde se prueba que no solo María, sino también su marido, descendían de la línea real de David, en su caso desde Abraham. Es importante que la genealogía de José es la introducción a todo el Nuevo Testamento. La de María está en el tercer capítulo del Evangelio de Lucas, partiendo desde Adán.
Se supone que José falleció en algún momento durante los 18 años después de la ocasión cuando Jesús tenía doce años y fueron a Jerusalén para la Pascua. En ese momento Jesús declaró que su verdadero Padre era Dios mismo. ¿Se habrá sentido triste José aquel día? No, él sabía muy bien cuál era la realidad y daba gracias a Señor por el privilegio de criar a un Hijo tan extraordinario como Jesús.
Tomado de Una nueva mirada a la Navidad, Milamex Ediciones.
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