Saboreando a Jane Austen

Foto por Maddy Morrison

Foto por Maddy Morrison

¿Por qué seguimos leyendo a Jane Austen? ¿Cuál es el secreto de su magia?

Por Keila Ochoa Harris

Le quitas la envoltura al caramelo, lo insertas en tu boca y extraes su sabor. Tu lengua repasa el elemento macizo que se deshace poco a poco, gota a gota, permitiendo que lo disfrutes hasta el último momento. Lo mismo hace un libro. Lo mismo hace un autor. Lo mismo hace Jane Austen.  

¿Qué me atrajo de ella? En un ejercicio memorístico, diría que mi primer contacto con ella llegó a través de su libro, Orgullo y Prejuicio. Recuerdo que la portada no me atrajo. Una mujer vestida de modo antiguo, en una especie de pintura al estilo Velásquez, mirando al frente con altanería.  

Pero bastaron unos párrafos para engancharme, y hacerme una fan total de Jane Austen. ¿Qué atrae de sus novelas? Propongo algunas ideas propias, pero sé que cada lector (y fan) tendrá sus propias razones.  

1. Sus personajes. Elizabeth Bennet y Mark Darcy son irresistibles. ¿Qué mujer no se identifica con Elizabeth? Deseosa de casarse, pero al mismo tiempo rebelde ante las normas de la sociedad o más bien poniéndose una armadura que la defienda por si acaso no se casa (aunque ni Elizabeth ni la misma Jane Austen aceptarían tal postura). ¿Y Mark? ¿No es el sueño de toda mujer? Enigmático, atractivo, ¿millonario? Mis amigos dirían que el último atributo lo vuelve aún más especial. Jane Austen no se equivoca, conoce el corazón humano.  

2. La ambientación. Jane Austen no escribió una novela histórica. Ella vivió en la época que escribe. Pero al lector moderno resulta fascinante la Inglaterra de la Regencia. Quizá nos asombra una vida en la que nadie se preocupa por ir a la oficina, o preparar el menú del siguiente día, o viajar en transporte público al trabajo. La vida gira alrededor de bailes, la hora del té y paseos por la campiña. ¿Quién no anhelaría una existencia tan placentera? 

3. La trama. En suma honestidad, Jane Austen maneja la historia más básica y atractiva para el género humano. Un hombre conoce a una mujer, y después de muchas peripecias, se unen en matrimonio. De esto se componen los cuentos de hadas, las películas de comedia y románticas, y muchas canciones. Queremos saber: ¿Cómo se enamoraron? ¿Por qué no se pueden casar? ¿Cómo vencerán los obstáculos?  

Finalmente, agrego que, si bien mi lista es breve y sencilla, Jane Austen también me parece un caramelo fresco y natural, no contaminado por lo que hoy ofrecen otros libros. Historias sencillas, sin escenas que ruboricen a nadie. Diálogos inteligentes, que incluso nos roban unas cuantas carcajadas. Una prosa dinámica, que nos hace dormir hasta la madrugada para acabar el libro.

Por cierto, Jane Austen no se casó, pero sus biógrafos concuerdan en que fue una mujer alegre y con propósito, no amargada ni frustrada. Jane, a pesar de haber vivido en una época donde el estado civil definía a la mujer, decidió estar contenta con su situación actual, lo que transpira por sus libros.

Escribió una oración que resume esto: «Danos un sentido de gratitud por las bendiciones en las que vivimos, de las muchas comodidades que nos han tocado».  

¿Otra prueba más de su magia? Sigo leyendo sus libros, sigo viendo las películas adaptadas de sus libros, sigo admirando a Jane Austen. (Por cierto, algún día soñé con una boda al estilo Austeniano, y creo que lo logré. Pero esa es otra historia).


Tal vez también te interese leer:

Empezar de nuevo   (Cómo lograr leer la Biblia, este año)

No estás sola en la pandemia    (Recursos para enfrentar la pandemia)

Cómo elegir un buen libro   (Sigue estos consejos probados)

Calladita... más bonita    (No hagas comentarios de otros, a menos que estén presentes)

El poder del hábito y cómo usarlo    (Es importante establecer hábitos, descubre cómo hacerlo)

Consejos para estudiar en línea    (Es útil aprovechar la experiencia de otros)

La búsqueda espiritual   (Para cubrir esta necesidad, ¿qué debes hacer?)

Anterior
Anterior

Una paloma rebelde (parte 7)

Siguiente
Siguiente

Una paloma entre las gaviotas