Santificado sea tu nombre

Foto por Abraham Macip

Foto por Abraham Macip

¿Te consideras pura? ¿Quieres serlo?

Por Julia Harris

Seguimos recorriendo el Padre Nuestro, y en esta ocasión veremos la frase: Santificado sea tu nombre.

¿Qué significa Santificado sea tu nombre?

Empecemos recalcando que Dios es santo, es decir, su esencia es pura.

Su Hijo Jesucristo fue hecho carne, vivió en nuestro mundo un poco más de 33 años, nunca dejó de ser Dios y a diferencia de nosotros, nunca pecó. Es santo. 

Si pedimos: «Santificado sea tu nombre», estamos reconociendo la santidad de Dios.

Dios creó al hombre y a la mujer puros, santos, sin pecado, pero también los hizo con la capacidad de tomar sus propias decisiones.

En el Edén solo les dio una regla y ellos escogieron desobedecerla. Desde entonces todos los hombres seguimos haciendo lo mismo. Todos somos pecadores y hemos decidido desobedecer las reglas que ha puesto Dios.

¿Te consideras pura? ¿Quisieras serlo? Tal vez la palabra «pura» te provoca escalofríos. ¿Pero no es maravilloso estar limpia? ¿Qué imagen viene a ti cuando piensas en la nieve? ¿Y un vestido blanco? ¿Y si se mancha? ¿Qué sientes?

Sin importar lo que hayas hecho o sigues haciendo, el Señor Jesucristo te invita hoy a acercarte a Él, prometiéndote que su sangre “te limpia de todo pecado”. Búscalo. 


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Concluye el Padre nuestro     (Habla con tu Padre)

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